Cada año, durante la última semana de mayo, el Perú celebra con entusiasmo y compromiso la Semana de la Educación Inicial, una conmemoración que reconoce la importancia fundamental de los primeros años de vida en el desarrollo integral de los niños y niñas. Esta semana no solo es una festividad educativa, sino también una oportunidad para reflexionar, promover y valorar la educación desde la primera infancia como el cimiento de una sociedad más justa, equitativa y con mejores oportunidades para todos.
La Semana de la Educación Inicial se celebra en honor al 25 de mayo de 1931, fecha en que se fundó el primer jardín de infancia estatal en el Perú, gracias a la labor de la educadora Carmen del Niño, pionera en la atención educativa a los más pequeños. Desde entonces, la educación inicial ha recorrido un largo camino, ganando reconocimiento como una etapa clave en el desarrollo físico, emocional, social y cognitivo del ser humano.
En esta semana especial, diversas instituciones educativas de todo el país organizan actividades lúdicas, culturales y pedagógicas que permiten a los niños y niñas expresarse libremente, compartir con sus compañeros y disfrutar del aprendizaje mediante el juego, la exploración y la creatividad. También se invita a las familias a participar activamente, reforzando el rol que cumplen en el proceso educativo de sus hijos desde los primeros años.
La educación inicial, dirigida a niños de 0 a 5 años, es mucho más que una preparación para la primaria. Se trata de un espacio donde se cultivan habilidades esenciales como el lenguaje, la motricidad, la autoestima, la empatía y la curiosidad por aprender. Numerosos estudios científicos han demostrado que los primeros años de vida son críticos para el desarrollo del cerebro, y que una estimulación temprana adecuada puede tener efectos positivos duraderos en el rendimiento escolar, la salud mental y la integración social de las personas.
Una educación inicial de calidad permite:
Establecer vínculos afectivos seguros entre niños, docentes y familias.
Detectar a tiempo necesidades educativas especiales o retrasos en el desarrollo.
Promover la igualdad de oportunidades desde la infancia, especialmente en contextos vulnerables.
Fomentar el juego como eje fundamental del aprendizaje.
Desarrollar la autonomía, la creatividad y la expresión emocional.
Por ello, garantizar el acceso universal y equitativo a servicios de educación inicial es una meta prioritaria para el desarrollo sostenible del país.
Durante la Semana de la Educación Inicial, se reconoce también el papel protagónico de la familia en la educación de los niños. Padres, madres y cuidadores son los primeros educadores, y su participación activa fortalece el aprendizaje y bienestar de sus hijos. En este sentido, las actividades desarrolladas en los colegios buscan integrar a las familias en dinámicas que refuercen el vínculo afectivo, la comunicación y el acompañamiento en casa.
Asimismo, la comunidad en su conjunto tiene un rol importante. Las municipalidades, organizaciones sociales, instituciones de salud, medios de comunicación y empresas pueden sumar esfuerzos para visibilizar la importancia de invertir en la primera infancia y crear entornos seguros, saludables y estimulantes para todos los niños y niñas.
Este año, en nuestra institución educativa, celebramos la Semana de la Educación Inicial con una serie de actividades llenas de color, alegría y aprendizaje. Nuestros pequeños participaron en juegos cooperativos, talleres de arte, cuentos vivenciales, presentaciones de disfraces, caminatas por la comunidad y actos culturales que reflejaron su espontaneidad y entusiasmo. Fue maravilloso ver a nuestros estudiantes disfrutar con libertad, expresar sus emociones y compartir con sus compañeros y docentes.
También organizamos espacios de encuentro con las familias, donde se compartieron experiencias sobre la crianza, la importancia de los hábitos saludables y la estimulación temprana en casa. La participación activa de los padres fue una muestra clara de compromiso y amor por la educación de sus hijos.
La Semana de la Educación Inicial es un recordatorio de que invertir en la infancia es invertir en el futuro del país. Cada niño y niña que recibe una educación inicial amorosa, segura y estimulante, tiene más posibilidades de crecer como un ciudadano crítico, solidario y feliz. Sin embargo, aún existen desafíos por superar, como el acceso desigual en zonas rurales y urbanas, la falta de infraestructura adecuada o la escasez de personal capacitado.
Es tarea de todos —Estado, docentes, familias y sociedad— seguir fortaleciendo esta etapa educativa para asegurar que ningún niño o niña quede atrás.
En conclusión, celebrar la Semana de la Educación Inicial no es solo un acto simbólico: es una afirmación de valores, de derechos y de compromisos con la infancia peruana. Que cada risa, cada juego y cada aprendizaje vivido durante esta semana nos inspire a seguir trabajando por una educación inicial inclusiva, de calidad y con igualdad de oportunidades para todos.